Dentro del bloque III leímos el capítulo 9 del libro 'Una educación para el cambio', de Andy Hargreaves, Lorna Earl y Jim Ryan. La profesora nos pidió que leyéramos el texto para que pudiéramos hacer una actividad en clase.
Cuando la profesora llegó al salón al otro día, no teníamos muchas ganas de trabajar, por lo que le hicimos saber que queríamos hacer alguna dinámica en lugar del trabajo que se tenía planeado. La maestra aceptó, diciéndonos que tendríamos que realizar la dinámica que ella tenía en mente y a continuación nos pidió que saliéramos del aula hacia el teatro al aire libre.
Utilizamos las sillas de la cafetería y algunas de nuestro salón para acomodarnos en un círculo; después, la maestra nos explicó que teníamos que dar vueltas al ritmo de la música alrededor de las sillas y que cuando la música se detuviera nadie tenía que quedarse sin lugar aunque no hubiesen sillas para todos; esto hizo que tuviéramos que sentarnos unos encima de otros hasta lograr que nadie quedara parado; lo hicimos de esta manera hasta que quedó únicamente una silla. Nos divertimos mucho con esta actividad.
Después, la profe Silvia nos dijo que haríamos la actividad 'Las estatuas', en la cual tendríamos que trabajar en parejas. Uno sería el escultor y otro la estatua. La dinámica consistía en hacer una estatua que expresara una idea sobre la lectura que habíamos hecho. Todos participamos y tuvimos que expresar cuál era la idea que queríamos expresar. Algunos compañeros utilizaron libros, libretas, etcétera, para transmitir mejor su idea.
Al final de la actividad nos señaló que leyéramos mejor el texto para poder continuar con otras actividades; además, nos pidió que lleváramos hojas de colores.
En la próxima clase trabajamos las mismas binas que habíamos hecho las esculturas; la maestra nos dio a elegir un papel con una idea central de la lectura, a partir de la cual tuvimos que escribir en las tiras de hojas de colores otras ideas que consideráramos importantes; después de esto comenzamos a formar el diagrama de sol, con un circulo de papel en medio y las tiras a su alrededor. Verdaderamente no quedó muy bonito, pero todos participamos.
Al día siguiente entramos al salón y notamos que alguien había despegado las tiras. Solo quedaban más o menos 5 de ellas. La profesora estaba bastante disgustada por esto, al igual que nosotros, ya que se había arruinado nuestro trabajo, sin embargo, tratamos de superar eso y para comentar sobre el tema hicimos una ronda de participaciones, donde cada bina habló sobre el tema que le tocó y comentó sobre las tiras que había elaborado a partir de ello.
Me gustaron estas actividades, ya que tuvimos la oportunidad de trabajar como grupo, además de comprender mejor el tema que estábamos tratando.
Sobre la lectura, puedo decir que aprendí que muchas veces se habla sobre la reorganización administrativa de las escuelas y sobre la reforma de los currículos, sin embargo, hay que considerar que esto no tiene un verdadero impacto en la eduación de los estudiantes si no se ve reflejado dentro del trabajo cotidiano en el aula, lo cual implica un cambio real en la forma de trabajar de los profesores.
En el mundo actual, es necesario que los jóvenes tengan una educación que los impulse al desarrollo de habilidades superiores, donde sea esencial el análisis, la crítica, la reflexión y la resolución de problemas; sin embargo, en la vida cotidiana dentro de los salones de clases, todavía vemos que muchos profesores buscan que sus estudiantes adquieran de forma generalizada ciertas habilidades básicas, las cuales ya no son suficientes. Peor aún es ver que muchas de las actividades que se realizan unicamente implican una participación pasiva de los jóvenes, quienes se atienen a las consideraciones del profesor, sin poder ser un agente activo dentro de su propio proceso de aprendizaje.
Muchas veces se considera que los alumnos logran la comprensión de los contenidos porque son capaces de memorizar y recitar conceptos, cuando lo que en realidad debería de buscarse es que los conocimientos puedan ser apropiados mediante un proceso arduo de análisis y reflexión que les permita utilizar la nueva información que poseen en situaciones nuevas y útiles para la vida.
Como ya mencioné, la escuela no se ha preocupado por trabajar con la individualidad de los estudiantes, pues siempre busca dar un tratamiento casi estándar en la educación. En la práctica, no se suele hablar sobre los estilos de aprendizaje de los jóvenes, ni mucho menos sobre las necesidades específicas de los mismos. Y cuando se toman en cuenta los estilos de aprendizaje muchas veces se hace de forma inadecuada, encasillando al joven a realizar solo actividades que estén de acuerdo con sus habilidades más desarrolladas, lo cual tampoco es adecuado.
En general, es necesario que los profesores tomen muy en cuenta que los tiempos cambian y asimismo es esencial que cambien sus estrategias de enseñanza por unas que se ajusten mejor a las necesidades de sus estudiantes. Es comprensible que el cambio no sea de un día para otro, pero este proceso paulatino debe ser constante y tener un sentido bien definido. El trabajo cooperativo, el uso de las nuevas tecnologías, la preparación de los jóvenes para la vida, son elementos que realmente serán de utilidad para el desarrollo de los estudiantes. Lo importante es tener siempre en cuenta que no es un cambio que deberá realizar el maestro o el alumno, sino toda la estructura educativa.
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